Cristóbal Balenciaga debuta como diseñador en París, pero los diseños que marcaron tendencia en España no funcionan bien en el sofisticado imperio de la moda donde Chanel, Dior y Givenchy marcan tendencia. Guiado por su obsesión por el control en todos los aspectos de su vida, Balenciaga definirá su estilo y terminará convirtiéndose en el mejor de todos.